27 abril 2006

No te salves


Antes de dormir, me rindo una vez más a los que probablemente sean los versos más bellos escritos por Benedetti; placer sin igual leerlos...

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.


MARIO BENEDETTI

25 abril 2006

Siempre así, aquí...


Quisiera estar así siempre, mi amor; siempre así, contigo. En este mundo en el que parecemos flotar; este lugar por tantos soñado y por tan pocos alcanzado. Aquí, más alto que nadie, con las nubes como alfombra y un azul inimaginablemente bello por donde quiera que dirijamos la mirada.Quisiera estar aquí siempre, mi amor; siempre aquí contigo. En este mundo eterno e infinito, cálido y fresco, mullido y firme, suave y robusto. En este mundo que puede ser en cada momento lo que nosotros queramos, pues nosotros lo hemos creado y sólo a nosotros pertenece. El suelo, pues, será suave y mullido cuando necesitemos de descanso, pero firme y robusto cuando queramos avanzar por él. Será fresco cuando el calor nos agobie, y cálido cuando la ventisca cale nuestras almas. En él podremos estar por siempre, porque es eterno, y avanzar sin límite ninguno, dada su infinitud.
Una infinitud y una eternidad que de repente suenan huecas en mi cabeza y se diluyen en la nada, al despertar y ver que ni nuestro mundo, ni tú, ni yo existimos.

21 abril 2006

Sí o no.


Sí o no.
La eterna disyuntiva. ¿Cómo saber a cuál de los dos ser fiel en cada momento? Como todo en este mundo, ambos tienen luces y sombras: el sí alberga la ilusión, el compromiso, la constancia, la esperanza o la ingenuidad, aunque precisamente de ésta pueden valerse la mentira y la crueldad para llevarte a donde nunca tuviste intención alguna de estar; el no da refugio a la seguridad y el temor a arriesgar, así como a la indecisión o, en ocasiones, al egoismo más absurdo, aunque puede llegar a ser símbolo de valentía y firmeza de espíritu. ¿Cómo saber que estás posicionándote del lado correcto? En ocasiones es imposible. ¿Arriesgar o permanecer seguro?¿Dar la cara o continuar en el silencio?¿Sí o no?
Sí. Sí esta vez.